El entrenamiento con el viejo y ahora desaparecido Pollo-sama había sido de lo más productivo, pero necesitaba algo más para empezar con sus aventuras y su era de destrucción. Necesitaba ser más poderoso, por lo que tenia que encontrar otro maestro de algun estilo de karate que le enseñara sus secretos.
Cuando lo hubiera conseguido tenia planeado empezar a buscar una tripulación pero primero lo primero, por lo cual preguntó a un anciano muy barbudo que encontró por la calle donde podria encontrar el maestro de karate más poderoso de la isla.
-Siento no poder ayudarte joven, hace tiempo que deje de practicar el arte del karate y estoy bastante desinformado...y no, no podré ayudarte... -Le dijo serio el anciano mientras se giraba dispuesto a seguir con su camino.
-Entonces almenos podria indicarme donde hay una buena tienda para comprarse cartas de navegacion, brújulas, libros y cosas de esas?- Le preguntó poniendole la mano en el hombro para evitar que acabara de girarse y le contestara la pregunta, y rebajando la presión que le ejercia en el hombro ya que vió que el anciano el miraba con mala cara- Porfavor...
-De acuerdo, pero otra tonteria de esas y te envio al otro barrio, aún recuerdo como pelear ¿sabes?- y con un gesto que hizo con su mano dijo - Sigueme jovenzuelo descarado.
Estuvieron caminando una media hora aproximadamente, cosa que a Onimura le hizo sospechar que el viejo se estaba burlando de él, hasta que llegaron a una tienda con un gran cartel donde se veía escrito "El Gran Catalejo" junto a un gran catalejo de color dorado que lo decoraba.
Sin decir ni siquiera girarse el anciano hizo un movimiento con el brazo, el cual supuso que significaba "Adiós" y se fué caminando calle abajo hacia el puerto.
Onimura entró en la tienda observando todos y cada uno de los detalles ya que tenia planeado atracarla para conseguir unos cuantos mapas de cada uno de los mares y cualquier libro que tubiera relacion con ello y un catalejo magnético para poder ir a la Gran Line y no perderse.
Entro en la tienda y observó su entorno. La tienda era considerablemente vieja y estaba bastante polvorienta. La tienda estaba llena de cachibaches de todo tipo, desde libros viejos y amarillentos hasta una calavera que le pareció de lo más humana, detrás del mostrador estaba un viejo de cara apacible que parecia solamente haberse percatado de su presencia al haber oído el sonido que hizo la campanilla estrategicamente situada sobre la puerta al ser esta abierta. El ancianito hizo una leve reverencia con la cabeza y con voz calmada dijo:
- Que desea usted, señor? -Si, dijo señor pese a que Onimura tenia unos veinte años, a lo cual Onimura puso una cara un pelín extraña.
-Me gustaria comprar cartas de navegación de todos los mares y una brújula magnética, además de una brújula normal-Recitó tranquilamente como si hubiera memorizado todas y cada una de las palabras que habia dicho.
-Serán 200 berries -Dijo el vendedor dejando las cartas de navegacion y las dos brújulas encima del mostrador. Seguidamente Onimura le alargó el brazo con una pequeña bolsa que contenia más o menos esa cantidad.
-Quedate con el cambio -Dijo mientras después de recoger lo comprado salió de la tienda levantando la mano con un ademán de decir adiós y se dirigió al puerto de la ciudad.
La brisa marina proviniente del puerto le animó aún más a navegar por lo cual decidió embarcarse de nuevo y puede que ir hacia la Grand Line a buscar una tripulación allí o simplemente seguir buscando aventuras...
Dom Abr 15, 2012 7:25 am por Jymora
