Los primeros pasos

El día acababa de comenzar en Fuschia Village y los primeros niños se habian levantado para comenzar a correr por las calles de aquel pueblo uno en busca de sus amigos y otros en busca de un lugar donde jugar. Uno de aquellos niños al querer tomar un atajo para llegar el primero a su zona de juegos se chocó contra un joven al meterse por un oscuro callejon y se fue directo al suelo por culpa del golpe y el susto. Aquel joven tenía el pelo plateado y aunque el pelo que normalmente tapaba el ojo diestro del aprendiz de pirata se había apartado su secreto se había protegido por un parche negro que llevaba como precausion para no ser descubierto. Pero el hecho de que aparentemente le faltara un ojo y su cabello plateado no resultaban mas amenazadores que la espada curva que llevaba atada a el lado izquierdo de la cintura, ya que aunque Barok podía manejar perfectamente su daga y espada a la vez prefería usar el filo más largo en la derecha dado que al ser diestro su fuerza, habilidad y puntería eran superiores con aquella extremidad que con la izquierda.

-Ten cuidado-Fueron las unicas palabras de Barok mientras salía del callejon sin ayudar a aquel niño a levantarse ya que parecía tan asustado por la inesperada presencia del aprendiz de pirata que seguramente se habría orinado encima. Aquel día el espadachin había decidido retomar sus pasos como pirata tras abandonar hacía ya casi dos años la tripulacion de su padre y tras madrugar había decidido ir a comprar un barco con un poco de dinero que había ahorrado realizando trabajos para la gente de el pueblo.

Su viaje había comenzado finalmente y mientras caminaba lentamente en direccion al puerto, contando sus pasos ya que era una manía que le había sido inculcada al aprender el arte de la espada, no podía sospechar que posiblemente su vida fuera a cambiar completamente en unos instantes.

El pirata corría por las calles de manera veloz. De vez en cuando miraba por encima del hombro acia atrás, al parecer algunas personas le seguían. Unos metros detrás de él había tres personas, con cuchillos de carnicero en las manos y gritando de una manera alocada. Los alaridos iban dirigidos hacia Jacques, que al parecer se había metido en un lio.

-¡Vuelve aquí, niñato.! ¡Ese pescado es mio! - Gritaba el que iba en cabeza y al parecer era el más rápido.-¡Ese dinero es nuestro, mi hermano y yo te vamos a descuartizar, cabrón! - Gritó el que iba último y que al parecer conocía a otro de los perseguidores, que era su hermano.

El pirata se paró en seco, sorprendiendo a todos los que observaban la escena. Estaba frente a la salida de un callejón y una persona salía de dentro. También había un niño entre la penumbra de la angosta calle. Jacques miró al chaval que salía pero volvió su mirada a sus perseguidores, los cuales estaban a unos metros de él.

-Voy a tener que pelear por un sucio pescado y un par de monedas... hay que joderse. - Dijo con su tono de voz grave y ronca; la voz asustó a los perseguidores, que se detuvieron a unos cinco metros del aprendiz de pirata.-Si nos lo devuelves todo sales sin un rasguño... si no van a tener que barrerte del suelo.

Jacques se hartó de la palabrería vacía de aquellos pueblerinos y se dispuso a pelear por su sostento y manjar. Alzó su mano izquierda, la que era de verdad y no portaba los víveres, y susurró algo.

En mal momento me habéis llamado cabrón...

Tras esas palabras bajó la mano izquierda con velocidad, con la palma abierta y los dedos estirados. Una ola de color verde oscuro que no alcanzaba los 4 metros de largo creció de la mano del pirata en dirección a los pueblerinos. El carnicero y los otros dos intentaron moverse a la par que gritaban, sorprendidos al ver que aquel chico de pelo gris tenía algo de poder. La ola les engulló, volviendo a la vista de los demás unos minutos después. Estaban tirados por el suelo, con un tono de piel blanco y, al parecer, inconscientes. El veneno que había utilizado Jacques era paralizador y había surtido efecto.

-¿Quién es el cabrón ahora, eh? - Tras acabar todo se giró y se encontró de cara con una persona. El pelo le tapaba un ojo. Acababa de salir del callejón donde se encontraba el chico. Se le quedó mirando, esperando a ver si era un Marine que se disponía a arrestarle por lo que acababa de hacer.

Barok se había quedado atonito observando la escena que se había desarrollado frente a su ojo, la llegada del otro pirata perseguido por un vendedor de pescado y un hombre acompañado de su hermano a la caza del corsario le habian tomado por sorpresa pero el hecho de que el brazo del perseguido se convirtiera en una especie de gran latigo que golpeó a los indignados transeuntes como si se tratara de una ola sorprendió increiblemente al joven espadachin. Tras derrotarlos a todos soltó una frase que al parecer estaba destinada a aquellos que segundos antes buscaban su pellejo y que ahora debian de encontrarse o bien muertos o bien sin pleno uso de sus facultades fisicas o mentales, pero repentinamente se giró para encararse a Barok que tras su sorpresa inicial había adoptado una mueca de indeferencia.

-Deberias tener más cuidado con los marines, uno podría descubrirte atacando inocentes-Aconsejó tranquilamente mientras pasaba por el lado derecho del cuerpo del pirata ya que había visto de que era capaz con la mano izquierda y no quería ponerse a tiro de aquella cosa aunque si se trataba de una akuma no mi como sospechaba el espadachin, pues había conocido a varios usuarios en la tripulacion de su padre y él mismo era uno, daría igual el camino que escogiera. Lo más sensato para esquivar un conflicto habría sido esquivar a Jacques escapando en direccion contraria, pero Barok había asumido que al carecer de motivos para ser atacado por el pirata no le convenía meterse en problemas innecesarios, su camino hacía el barco que le llevaría a nuevos maestros del arte de la espada se encontraba rodeando al pirata no pasandole por encima-Gran habilidad-Felicitó misteriosamente el espadachin girando su cabeza para mirar al pirata una vez había pasado de largo a Jacques, derrotar a tres rivales de un simple movimiento no es algo que cualquier corsario de mala muerte podía hacer y quizas como mera muestra de chulería desapareció produciendo el sonido de un chispazo al hacerlo, ahora Barok se encontraba andando calle abajo en direccion al puerto. Se había convertido en electricidad y movido a la velocidad de esta para pasar por encima de los tres tipos inconsientes y de paso demostrarle a Jacques de que era capaz.

Jacques analizó los movimientos de la persona que tenía delante. Al parecer había observado el corto combate y advirtió al pirata de que tubiese precaución con los Marines, eso ya lo había pensado él.

El chico empezó a andar para luego desaparecer en un momento utilizando un chispazo. Increible, era usuario de una Akuma no mi o había desarrollado una técnica para moverse a gran velocidad. Jacques se quedó quieto pero luego empezó a correr hacia aquel tipo, alzando la mano que no estaba ocupada para llamar la atención de él.

-¡Eh, tú, únete a mi futura banda! - Gritó con una voz ronca, haciendo que toda la gente que estaba cerca le mirase.

PD: Perdón por que sea corto, pero estoy ocupado y no hay que decir mucho más.

Barok escuchó la peticion del otro pirata y se detuvo para mirarle de arriba a abajo, en su mente los pensamientos que habian surgido con respecto a la eleccion se golpeaban unos con otros al hacer emerger sus recuerdos de todas las veces que había sido exiliado por estar maldito, arriesgarse a ser exiliado nuevamente por una nueva tripulacion o peor aun ser abandonado a su suerte en mitad del mar no eran las ideas más atractivas que rondaban su mente, pero si las que más habian llenado su cabeza al haberle propuesto una nueva union a una nueva tripulacion.

-Lo siento, aunque me gustaría solo te traeré desgracias en tus aventuras por el mar. Pero has conseguido impresionarme asi que no te será dificil encontrar a grandes compañeros que te ayuden-Respondió Barok con un tono que sonaba más propio de una maquina que de un ser humano, la verdad era que había ensayado aquella frase hasta el cansancio rechazando ofertas de otros piratas que le pedian incluso que fuera su lider al ver las habilidades de las que gozaba gracias a la Goro-Goro no mi.

El joven pirata de pelo gris seguía andando hacia aquel chico. Sus palabras no le quitaron la idea de la cabeza y por eso no se detuvo. Llegó al mismo lugar donde estaba y se colocó delante de él, con una leve sonrisa dibujada en su rostro.

-Eres muy fuerte y seguramente también eres agradable. Únete a mi y logremos nuestros sueños. Si has tenido alguna vez problemas por estar en una tripulación no te preocupes, conmigo no te pasará.

Se quedó mirándole fijamente para en un acto rápido cambiarse las cosas que llevaba de una mano a otro, dejando la falsa libre. Esa mano la colocó para que el chico la estrechara y confirmara el trato de unión a la banda.

-Y si es por un problema físico y tienes miedo de pasar vergüenza no pasa nada, yo también tengo mis fallos. - Tras terminar de hablar miró su propia mano, indicándole algo al pirata.

Barok se quedó simplemente callado, escuchando las palabras de Jacques con una expresion de incredulidad en el rostro. Dudaba mucho que aquel pirata se imaginara si quiera la verdadera magnitud de los problemas del espadachin errante, pero su insistencia y su naturalidad al tratar lo que parecía una posible incapacidad fisica, ya que segun había "leido" en los ojos de el otro o tenía una cicatriz en su antebrazo derecho o alguna herida que le hubiera lisiado de la cual había sabido sobreponerse eran algo que había calado profundamente al espadachin. Aquellos actos realizados por el otro corsario se merecian una especie de premio, quizas un pequeño alumbramiento sobre el porqué de su negacion o quizas la historia completa.

-¿Cual es tu sueño, pirata?¿Hacerte con una enorme fortuna? Quizas ¿Ser el más poderoso? Tal vez. Sea lo que sea dimelo, da igual que sea un sueño cobarde o el sueño de un poderoso guerrero, tu determinacion será puesta a prueba por aquello que quieres poner a tu servicio pese haber sido advertido-Preguntó el joven al pirata mientras se llevaba la mano diestra al ojo derecho, apartandose el pelo que tapaba el parche y metiendo los dedos por debajo de este, todavia sin descubrirlo. Aquella interpretacion teatral sin duda estaba destinada a echar atras a Jacques que aunque había interesado profundamente a Barok todavia tenía que ganarse su confianza. La pequeña prueba era la misma que se había realizado asi mismo la noche anterior a el comienzo de su vida como pirata y sin duda sería suficiente para saber si aquel pirata era apto para ser su capitan o no.

Jacques escuchó las palabras del pirata. Tenía una buena retorica y finalidad en sus palabras, sabía como se debía hablar y cuando había que hacer otras acciones. La mano de aquel chico no estrechó la suya, si no que fue a parar a su ojo para luego hacer ademán de quitarse un parche. Al parecer tenía un problema en uno de sus ojos o así lo interpretó Jacques, que si dispuso a decir cual era su sueño o su meta, como le había preguntado Barok.

-Mi sueño es convertirme en Yonkô y conocer el mundo que nos rodea. - Jacques habló tranquilo. Su mano seguía en la misma posición, por si el pirata la estrechaba; estuvo así hasta que la apartó y se lla llevó a la altura de su rostro.-No sé que te pasará a ti, pero te enseñaré lo mio.

Tras esas palabras dejó la comida y el dinero en el suelo, sin brusquedad. Llevó la mano que había quedado libre a la otra, la falsa, y con tres precisos movimientos se la quitó. Donde debía estar la mano no había nada y la terminación del brazo era redondeada y llena de vendas blancas y limpias. Se quedó mirando a Barok, sin hacer nada, hasta que en un momento empezó a reirse, a la vez que volvía a colocar la mano en su sitio.

-¿Cual es tu nombre, futuro Sub-Capitán de mi banda? - Jacques ya daba por hecho el trato, solo esperaba que Barok aceptase.