Hoja de Personaje
.:Datos básicos:.Nombre: Gaia Saito
Raza: Humano
Edad: 17
Afiliación: Pirata
Sexo: Varón
Profesión: Carpintero / Ingeniero /// Nivel 1: 3 puntos.
Cargo: Rango 10
Recursos económicos: Económicamente...pobre
Fruta del diablo: Sai-Sai no Mi Efectos: El usuario tiene la capacidad de crear, manipular, y convertirse en cualquier planta o derivado de estas. Puede establecer una conexión con las plantas siendo capaz de comunicarse con ellas o ver atreves de estas y el comer esta fruta también anula sobre el usuario los efectos de cualquier veneno que provenga de algún tipo de planta. (Irónicamente al usuario también le encanta el agua...).
Debilidades: Aparte de las debilidades características de las frutas de Belcebú. El usuario de esta fruta extremadamente débil al fuego.
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.:Datos Personales:.Descripción física: Un joven de tamaño y peso medio. Gaia tiene el cabello largo y liso, de un color mezcla entre blanco y gris. Su tez es clara y sus rasgos faciales son suaves, resaltando sus ojos color esmeralda. Su vestimenta más común es una larga gabardina negra de cuello alto, unos pantalones negros de los cuales ladean entrecruzados al estar mal sujetos un conjunto de tres cinturones, dos negros y el central blanco, con diminutos adornos metálicos. Una camisa blanca de botones y unas botas negras con un bordeado metálico. Su bota derecha esta adornada con una espuela de ocho puntas.
Descripción psicológica: Es una persona honrada, amable y con buen sentido del humor, que a pesar de lo firme que intente mostrarse y el aire de sinvergüenza del que esta dotado, llega a parecer demasiado altruista para ser un pirata. No resulta nada difícil enfadarle, no es famoso por su paciencia. Y no suele echarse atrás ante nada, le encanta llevar la iniciativa en toda situación...y cree que los piratas también pueden ser buenas personas.
Gustos: Le encanta la comida picante, coleccionar todo tipo de recuerdos de sus viajes y ante todo...cuidar de sus hermosas plantas, ah y el ron! ARRR!
Habilidades: -Nombre en japonés (Opcional): Jyukai Koudan (出身のために森林から。)
-Nombre en español: Génesis del Bosque
-Descripción: Gaia obtiene la capazidad de crear y manipular arboles controlando el crecimiento de sus ramas, raíces y demás estructura para atacar al enemigo, atraparlo o destruir obstáculos.
-Armas necesarias: Ninguna
-Nombre en japonés (Opcional): Mokujouheki (森からの。)
-Nombre en español: Coraza de madera
-Descripción: Gaia crea una coraza formada por varias capas de gruesa y robusta madera puediendo llegar a cubrirle completamente. La resistencia de la madera se asemeja a la del acero, sin embargo es de gran debilidad ante el fuego.
-Armas necesarias: Ninguna
Cualidades:
Fuerza: Superior
Resistencia: Inferior
Agilidad: Superior
Precisión: Inferior
Carisma: Neutro
Inteligencia: Superior (Profesión)
Percepción: Neutro
Fuerza de Voluntad: Superior
Sueños o Metas: Seguir el camino de sus padres, unirse a la Armada Revolucionaria, y llegar a ser recordado como uno de los mayores piratas de la Historia.
Equipamiento: Un trabuco cargado y una daga en el cinturón, el mapa a Saint Reía en su abrigo, y una botella de ron en la mano...
Historia: Leyenda:
GaiaMadrePadreOfficial de la marineSaito Gaia, nacido en la ciudad portadora de la base principal marítima del mar del este, Shell Town. Su vida podría considerarse para un adolescente de su edad, la mas aburrida imaginable. Pero no conocía otra cosa, y seria mentira decir que no estaba muy contento con lo que tenía...
Los padres de Gaia eran el posible prototipo de padres ideales para un hijo, al menos lo eran para el. Su madre se llamaba Sarah, esta parecía conservarse igual de joven pese a los años. Su pelo era de un rojo fuego intenso y estaba recogido en una larga coleta sujeta por un pañuelo. Gaia había heredado de ella sus ojos y rasgos faciales. Su padre se llamaba Rowen, su tez había sido igual de pálida que la de su hijo, pero el tiempo la volvió morena a medida que iba siendo azotada por duras horas de trabajo bajo el sol, tenia dos grandes cicatrices en la cara, una bajaba desde la comisura izquierda de su boca hasta su barbilla y la otra desde su ceja descendía por el lado izquierdo de su cara bordeando su ojo, nunca hablaba de ellas. A pesar de su edad, se comportaba como un crio, gastando inocentes bromas constantemente a su mujer e hijo...los cuales no dudaban en devolverlos. Gaia heredo de el su color de pelo y sentido del humor. Pocos años después de su nacimiento, se mudaron a una diminuta isla sin nombre no muy alejado del puerto principal de Shell Town. Construyeron allí su vida y hogar, operando un pequeño astillero que se dedicaba a reparar barcos pesqueros o de transporte que no superaran el tamaño medio. Gaia comenzó a trabajar en el negocio familiar tan pronto su edad lo permitió y su educación la recibía por parte de su padre. Este tenía una biblioteca la cual contenía una infinidad de libros, algunos de considerable antigüedad, mapas de lugares que jamás había oído hablar y armas de aparente gran valor expuestas en las paredes, de los cuales su padre simplemente mencionaba como...recuerdos de un tiempo pasado.
Al cumplir los 15 años Gaia demostró que claramente podía cuidarse el solo y comenzó a visitar a Shell town por si mismo, la mayoría de las veces por cuestiones del trabajo familiar, que para ser tan joven, su capacidad de negociar era sorprendente. Esto fue, hasta que conoció a quienes serian sus dos únicos y mejores amigos, ya que a una persona que se ha criado toda su vida en una piedra en medio del mar, de donde solo corrían rumores y leyendas urbanas, se le suele tachar de "bicho raro". Sus dos amigos eran una joven muchacha de su edad llamada Uhme, ciega de nacimiento, pero de una belleza única. Rubia, con unos ojos azules como el mar y una piel blanca como la nieve, cualquier pena de Gaia desaparecía al verla sonreír. Su otro amigo, era un muchacho una año mayor que los dos. Con una enorme fama de gamberro y sinvergüenza...era pura energía y carisma, un ser hiperactivo cuyas constantes apuestas y retos con Gaia no hacían mas que meterles a los tres en líos. SU cabello era negro, corto y puntiagudo, su piel morena resaltando dos ojos de un color verde mucho más oscuro que los de Gaia. Su nombre es Barry.
Una noche, habiendo vuelto a casa de un día esplendido con Uhme y Barry. Gaia se encontró a su padre discutiendo con un grupo de marines debido a problemas económicos. Ya había visto a su padre discutir con ellos antes, debido a que ellos demandaban reparación de sus barcos, y su padre intentaba explicarles que no podían ocuparse da barcos tan grandes. Sin embargo, los problemas de ahora eran deudas económicas con la marine. El negocio familiar quebraba, se habían construido nuevos astilleros, más grandes, con más empleados. Podían reparar barcos colosales y hacerlo rápido y en cambio la familia Saito no podía ofrecer nada. Podían mantenerse, gracias a que viejos amigos de la familia, por solidaridad, aun llevaban allí sus barcos a reparar.
Un 5 de noviembre, pocos meses después de que Gaia cumpliera los 16 años, trabajando en el astillero como en otro día cualquiera, vio acercarse un gran barco de la marine. No se esperaba más que otra desagradable discusión...pero nada fuera de lo común.
El barco, se coloco en línea, desplego sus cañones...Los marines se agitaban, unos corrían de un lado a otro mientras otros gritaban ordenes, Gaia no entendía nada, hasta que de pronto noto como una fuerte mano se apoyaba sobre su hombro.
- Ven, aprisa-La voz de su padre sonó distinta a la de siempre, sonó firme y llena de un enorme coraje, como alguien que se preparaba para la batalla...Gaia no supo como reaccionar más que con obediencia a su orden. Su padre le guio hasta la biblioteca de la casa y apartando de una patada la enorme moqueta vieja y polvorienta que había en medio del suelo. Revelo una enorme trampilla de acero oculta debajo, fue ahí cuando Gaia se pregunto...¿como demonios no había visto eso antes?
Su padre la abrió de par en par, salió un fuerte olor a humedad, solo se podían ver unas escaleras que guiaban hacia la oscuridad. Entonces apareció su madre, una antorcha en la mano, y apoyando un rifle en su hombro con la otra. Esta tiro la antorcha por las escaleras, y con delicadeza, dio un pequeño empujón a Gaia insinuando que entrara.
- Escóndete ahí, nosotros nos encargamos. -Esta mostro una sonrisa a pesar de la aparente gravedad de la situación.
- Sentimos no haberte explicado esto antes, pensábamos hacerlo...pero nos demoramos creyendo que ya nos habían olvidado-Su padre dijo esto, mientras descolgaba de la pared dos cimitarras, las cuales empuño con inesperada soltura.
- ¡No entiendo nada! - Lo que si era seguro, era temerse lo peor...pero, ¿Porque iba la marina a por ellos?, ¿por deudas?...No tenia sentido.
- Lo entenderás todo a su debido momento, ahora tenemos que despedirnos...siento que esto sea tan repentino, y espero que llegues a perdonarnos...-
- Te hemos criado bien, sabrás que hacer...estamos orgullosos de ti -Lo que ocurría parecía irreal, parecía un sueño...una pesadilla. Había ocurrido todo tan aprisa, que no era capaz ni de reaccionar.
- Sarah y Silver Saito, quedáis arrestados en nombre de la marine, acusados de cargos como: Piratería, contrabando, Resistencia y desafío a la autoridad y colaboración con la armada revolucionaria entre otros cargos de gravedad. El castigo por los crímenes cometidos es la pena de muerte...vuestra y de vuestro hijo-
Un empujón de su padre tiro a Gaia por las escaleras, el cual había sido despistado por el altavoz de la marine. Cuando se recupero de la caída y volvió su mirada a la puerta por donde le habían tirado, pudo ver como su padre cerraba lentamente la trampilla mientras su madre se despedía con la mano. Comprendió al instante, que esta seria la última vez que los vería...
La trampilla se cerro, y Gaia corrió escaleras arriba en desesperación. Pudo oír como la puerta era cerrada con llave, dejándole impotente ante la cruda realidad. No puedo hacer más que limitarse a golpear la puerta entre lágrimas, hasta el momento del abrir fuego y el estruendo de los cañones...
El tiempo parecía eterno, ya había pasado casi una hora...y no entendía porque aun sonaban cañones, ¿Acaso dos simples personas podrían hacer frente a un navío de la marine?. Gaia estaba encogido en las escaleras, agotado y con los puños ensangrentados. No le quedo mas remedio que levantarse al ver que las llamas de la antorcha estaban a punto de apagarse. Después de Cogerla, Gaia la agito varias veces para avivarla, en ese momento se percato de que a lo largo de las paredes del pasillo, había antorchas a doquier, con no mas de un metro de separación. Así que comenzó a avanzar encendiéndolas para no quedarse a oscuras y de paso ver hasta donde este llevaba.
No más de unos aproximadamente 30m después, Gaia encontró el callejón sin salida a donde llevaba, y allí, arrimado contra la pared del fondo, un cofre negro y plata se vislumbraba ante la luz del fuego. Gaia lo miro absorto en curiosidad, se acerco y arrodillo ante el. Lo abrió lentamente y con gran cuidado, como si se tratase de la caja de pandora. La caja no contenía lo equiparable a su tamaño, lo primero que Gaia que cogió entre sus manos fue un sobre con la firma de sus padres, y pegada a ella la llave de probablemente la trampilla para poder salir. Apartando esos objetos a un lado, lo siguiente que encontró fueron dos mapas, y al fondo de la caja...encontró una serie de objetos particulares. Un antiguo trabuco cargado, una bella daga de la misma antigüedad, pero lo mas llamativo que encontró fue un pequeño "fruto", el cual tenía el aspecto de una bellota, sin embargo era totalmente de madera maciza...
Dejando todo eso a un lado, volvió al sobre de sus padres en búsqueda de su contenido. Una carta de despedida. En ella, sus padres contaban que ese baúl lo habían preparado para llegado el caso, y que ojala que cuando leyera esta carta, que fuera junto a ellos. La carta explicaba que ellos fueron piratas y que colaboraron con la armada revolucionaria, pero su nacimiento puso fin a esa vida. El había nacido realmente en Saint Reía, sus padres intentando rehacer su vida se alejaron e intentaron ocultar quienes eran. Pero si llegaran a fracasar en el proyecto de rehacer sus vidas, el también seria perseguido como parte del castigo. Y que llegado ese caso, tendría que tomar una importante decisión. Huir e intentar construir un nuevo hogar del mismo modo que habían intentado sus padres, o enfrentarse a su destino como hijo de revolucionarios...y como tal, Gaia ya tenia muy clara su decisión.
Al seguir leyendo, descubrió que esas dos armas antiguas eran las primeras armas que obtuvieron sus padres al embarcarse como piratas. No eran solo dos armas, para Gaia tenían mucho más valor, serian el recuerdo de sus padres.
También descubrió que era aquella fruta misteriosa, era otra decisión que tomar. Sus padres explicaron que portaba el nombre de fruta de Belcebú, la habían encontrado en una de sus aventuras. Esta daría a quien la comiera poderes sobrehumanos, pero también consecuencias y debilidades. Gaia había oído de ella pero no más que en mitos o leyendas y era otra decisión que no tenía que pensarse...
Lo ultimo que obtuvo de la carta, fue la explicación de que un mapa guiaba hasta Orange village, lugar donde vivía un hombre llamado Alexander Crow, antiguo tripulante de la embarcación de sus padres, y amigo intimo de estos. Este tenía conocimiento sobre la fruta, y podría instruirle antes de embarcarse a ciegas hacia la aventura. El segundo mapa y el mas valioso de los dos, contenía las instrucciones de como llegar a Saint Reía y se dejaba claramente especificado que, o destruyera ese documento, o que lo protegiera hasta la muerte. Gaia cerro la carta leyendo las ultimas palabras de despedida que le habían dejado sus padres, y se la guardo en el interior de su gabardina.
Gaia se cargo de coraje, froto sus ojos rojos aun húmedos en lagrimas y con decisión, cogió el trabuco y la daga del baúl los engancho a sus cinturones y en el momento en que fue a coger la fruta, se percato de que aun había algo mas en el brillante caja, había movido lo que hasta ahora había parecido el fondo de la caja, pero que en realidad era un gran paño de tela encartado, que se había camuflado en la oscuridad. Al sacarlo de la caja, este se desplego, mostrando una bandera con una calavera roja y de fondo una cruz blanca simbólica de los templarios. En la parte superior de la vieja bandera estaba escrito el titulo "BLACK TEMPLAR" y en la parte inferior las firmas de quienes habían navegado una vez bajo ella...era la bandera de sus padres.
Gaia se sentó con la bandera en su regazo, en su mano empuño la daga desenvainada, y en la otra la fruta. Sus manos aun temblaban, sentía demasiadas emociones, miedo, dolor, tristeza...pero al mismo tiempo se había infundado en el una especia de coraje y orgullo que le mantenían cuerdo ante lo que había sucedido.
Comenzó a pelar la fruta, costosamente al principio, pero poco a poco la madera iba siendo cada vez mas blanda y débil, hasta revelar un fruto de color amarillo el cual desprendía un olor agradable y el cual tentaba a quien lo oliera a comerlo. Gaia...sin más dilación, la devoro con deleite, sentenciando su futuro.
Gaia se puso en pie, la cascara vacía de la fruta yacía en el suelo, y el aun no había notado ningún cambio extraño en su ser, así que decidió seguir avanzando a su objetivo...ya aclararía los efectos de la fruta mas adelante, ahora tenia que enfrentarse a algo mayo.
Cargo la bandera al hombro y con su mano derecha sujeto la llave con firmeza, y con la otra terminaba de colocarse como podía los mapas en el interior de su abrigo. Los disparos de los cañones habían dejado de sonar, y sabía lo que encontraría fuera. Gaia avanzo sin miedo hacia la trampilla, cada paso que daba sus nervios aumentaban, clavo la llave en la cerradura y abriendo la puerta con una embestida, volvió respirar el fresco aire de la noche.
Todo era una ruina de madera, fuego y pólvora...pero para su enorme sorpresa y al mismo tiempo alivio, no vio el cadáver de ninguno de sus padres...la única señal de vida era el barco de la marine que aun podía divisarse a lo lejos ¿Acaso habían sido arrestados? Gaia lamentablemente no lo creía, ningún ser humano normal hubiera sobrevivido a tal destrucción.
Gaia pasó horas y horas, construyendo con sus conocimientos de carpintería, un pequeño bote con los restos aun servibles del astillero. Ya estaba amaneciendo para cuando termino, y no demoro ni un segundo en zarpar. Lamentaba profundamente no poder despedirse de sus queridos amigos, pero hacerlo no supondría mas que un enorme riesgo para el y para ellos.
Pasaron largos días, era la primera vez que navegaba tanta distancia, y para cuando Gaia logro alcanzar Orange village (de puro milagro...) estaba comenzando a deshidratarse.
Los habitantes mostraron una enorme amabilidad y simpatía, dieron bebida y comida a Gaia y le guiaron hasta el hogar de Crow. Este era un hombre de edad considerablemente mayor a la de sus padres y supo quien era Gaia a simple vista, mostrando una largo rostro de tristeza comprendiendo el significado de su llegada.
El siguiente año, Gaia vivió con Alexander. Descubriendo la conexión con la naturaleza que le había dado la fruta del demonio, Gaia lo desarrollo lo máximo que pudo en ese tiempo. Viviendo día tras día un duro entrenamiento que apenas cesaba debido a la motivación que mostraba Gaia. Alexander se volvió un tío para el, y ambos se cogieron un gran afecto mutuo, ya que Crow nunca tuvo hijos y trataba a Gaia como el suyo propio.
Ya llegado el momento, y tras haber Gaia cumplido los 17 años, había obtenido la experiencia que necesitaba y era el momento de partir. El 5 de noviembre se aproximaba, el día de la muerte de sus padres y ya habiendo aprendido a navegar, a luchar, y a cuidarse solo ante el peligro. Se alzo a la mar en su pequeño bote, rumbo Shell Town. Ahí comenzaría su búsqueda de tripulación, con esperanza de quizás volver a ver a sus viejos amigos, y de obtener algo de venganza...
Dom Abr 15, 2012 7:25 am por Jymora
